Cuando hablamos de productividad no sólo nos referimos a la facultad de obtener los resultados deseados en el menor tiempo posible, sino sentirse bien al respecto. Por eso a mí me gusta hablar de «Productividad Emocional».
La emoción es un aspecto importante dentro de la vida de los seres humanos. Si logro realizar la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo pero no logro disfrutar del proceso… lo único que consigo es un pase libre al estrés acumulativo y de allí estoy a un paso de la obesidad, las enfermedades coronarias, la depresión… No es un buen prospecto ¿no?
Ser o no ser multitasking
Convengamos que las que nacimos multitasking dificilmente nos convirtamos en unitarea. Eso es un mito urbano y no creo que valga la pena dejar de ser como uno es.
Obviamente vida de una multitasking es agotadora. Tener mil roles, mil responsabilidades, mil sombreros y solo dos manos, una cabeza y 24 horas, hace que las cosas se compliquen un poco. ¿Hay alguna multitasking en el barrio? ¡Qué levante la mano! No me dejen sola chicas jajajaajajaaa
Pero lo que he aprendido en este tiempo es que se puede sacar provecho de esta cualidad (que muchos consideran defecto…. miren: 😛 les saco la lengua jajajaj) simplemente focalizando la energía y priorizando. [Acá les explico un poco de qué va esto y acá también]
El lado «B» sobre emprender
Emprender no es fácil… el que diga lo contrario les miente en la cara. Y emprender siendo mamá lo es menos todavía. Hay que estar siempre atenta a no confundir las prioridades y eso abruma a veces. Uno emprende por imperativo moral, pasión de crear, adrenalina, urgencia de ayudar a otros, necesidad de darle sentido a nuestro paso por este mundo y por supervivencia (esto último es claro ¿no?); pero es agotador.
Los que trabajan 2 horas al día y son millonarios son los menos, no nos engañemos!!!
En el mundo emprendedor muchas veces las urgencias desplazan a lo importante. Uno termina siendo un poco de todo y es necesario encontrar un momento para reorganizar fuerzas.
A veces, cuando se demora esta decisión, el cuerpo decide por uno! Es la pura verdad. Uno dice “no pasa de esta semana… termino este proyecto y me tomo 2 días”; “no pasa de esta semana adelanto o pongo al día este trabajo y duermo un poco más”… hasta que el cuerpo te tira un centro que no podés atajar y chau, a la camita “no pasa de esta semana” jajajajja
Y con esto uno se da cuenta (sin reproches, que sino sigue el estrés) que se había corrido de su eje.
De señorita Wonder Woman a la cruda y crujiente realidad
Cuando era más chica me encantaba jugar a que era “La mujer maravilla”, nunca me animé al disfraz, pero me sabía todos los movimientos y los poderes que tenía esa super amazona. Hoy, de la mujer maravilla sólo disfruto del almohadon que Su, de Naalden Shop, me hizo con tanta dedicación.
Cambié el “lo puedo todo a la vez”, por “hago lo que puedo de la mejor manera posible”.
Pasé de un estereotipo de mujer imposible (al menos para mí) a uno más humano y más cercano a lo que soy.
Pasé de sentirme frustrada y agotada a sentir placer por lo que hago.
Eso de disociarse, encerrarse, desconectar el cerebro del resto de las situaciones no es para mi. Eso de tener resultados medibles y cuantificables y todo bajo control… tampoco es para mi. Eso de que tu trabajo o tu proyecto sea más importante que tus afectos… tampoco es para mí. Tener por dios al marketing y por biblia el plan de negocios… no es para nada algo con lo que me sienta feliz.
Amo lo que hago, pongo mi mayor esfuerzo en que salga bien, soy responsable y trabajadora; pero aprendí a no encerrarme, a dejar que fluya. Me costó un poco al principio -y a veces vuelvo a esos viejos y acartonados hábitos de perfeccionismo agotador- pero vivir sin tanto método y planificación me ayuda a sentirme más liviana. Aprendí que uno no tiene el control de nada en absoluto, que hay cosas que tienen más valor que otras, que todo no se puede, que hay que aprender a elegir y a veces también hay que renunciar, decir que no o parar… o todo eso junto.
Lo se por experiencia: que la gente sabe entender, porque son en esencia buenos. Que se nota la diferencia entre irresponsabilidad y sinceridad. Que aunque haya días en los que reniegue, prefiero mil veces levantarme a las 4 (como hoy) o 5 de la mañana, para después disfrutar del entorno familiar, que encerrarme 8 horas en el co-working todos los días (aunque haya días que lo haga, obvio!).
Esto es lo que me funciona, es con lo que me siento cómoda.
No es LA receta de la felicidad, pero es mi receta feliz.
Quizás le sirva a alguna para inspirarse y buscar su propio método de productividad emocional, un estilo con el que se sienta cómodo y que la represente más allá de los mil consejos o la aplicación del GTD . Quizás les sirva para saltearse la culpa, el sentido de frustración o la locura.
Tengo mucho más truquitos como este en el e-curso “Simplificá tu vida“. Vas a ver cómo en 21 días podrás abrazar tu vida con alegría y productividad.