Siempre me pregunté porque hay gente que elige la oscuridad, la mediocridad, el odio como consejero… Soy de las que creen que todos los seres humanos tienen la posibilidad de reinventarse, de volverse más luminosos.
Sacar lo mejor de sí mismos, ese el gran paso!!
¿El tema es descubrir cómo?
Hace poco descubrí a Mario Alonso Puig a través de una charla de TEDxGranVia :
Luego de leer algunas reseñas ya tengo en mi «Wish list» : «Reinventarse, tu segunda oportunidad» y con estos fragmentos ustedes también lo tendrán 🙂
«Reinventarse no quiere decir convertirse en alguien distinto a quien sé es, sino sacar a flote nuestro verdadero SER. Es en este nuevo espacio de posibilidades donde afloran la creatividad, la sabiduría y la energía que transforman por completo nuestra experiencia, trayendo una mayor serenidad, ilusión y confianza a nuestras vidas. Está en nosotros, en el ejercicio de nuestra libertad personal, hacer elecciones que paulatinamente nos lleven a transformar nuestra forma de mirar».
Cambiar la forma de pensar es cambiar tu realidad
«Hoy sabemos que cambiando la forma de pensar, cambiamos los circuitos cerebrales. También sabemos que las personas ancladas en una mentalidad negativa favorecen la muerte neuronal y que aquellas que han decidido enfocarse en lo positivo, generan nuevas neuronas a partir de células madre cerebrales. Los seres humanos cuando cambiamos nuestros programas mentales más limitantes por otros que lo son menos, modificamos físicamente la estructura de nuestro propio cerebro. Todo ser humano puede si se lo propone ser escultor de su propio cerebro. Una de las cosas más difíciles de hacer es mantener una mente abierta a la hora de explorar algunos conceptos que desafían nuestra forma habitual de pensar. Hay facetas de la realidad que, si alcanzáramos a verlas, nos revelarían muchas cosas que añadirían años a nuestras vidas y calidad de vida a nuestros años.»
La palabra, esa pequeña gran llave
«Todos usamos las palabras para interpretar lo que nos sucede. Es a través de nuestras interpretaciones y de las valoraciones de aquellas cosas que nos pasan, como vamos generando nuestras certezas y convicciones que a nivel inconsciente poco a poco, van configurando nuestra identidad, nuestra personalidad.
El lenguaje no sólo describe, sino que crea nuestra realidad. Las palabras abren «cajones emocionales» de manera rápida y automática. El tipo de «cajones emocionales» que abren depende de las experiencias que asociemos a esas palabras. Son fascinantes algunos de los estudios científicos que se han hecho para medir el impacto que las palabas tienen en nuestra propia fisiología, en nuestro cuerpo, por producir niveles muy elevados de cortisol en sangre, que a la vez produce cambios muy profundos en el funcionamiento del cerebro y del cuerpo.
Por eso, hay que procurar modular los vocablos que utilizamos y que nos decimos a nosotros mismos, porque las palabras tienen un enorme poder a la hora de afectar al tipo de experiencias que creamos en nuestro subconsciente. Las palabras no se las lleva el viento, sino que crean realidades. Busquemos palabras para ayudar y no para anular. Los resultados nos sorprenderán.»
Sin víctimas no hay culpables
«La aceptación o la reconciliación con la realidad, que nada tiene que ver con la resignación, impulsa a la acción, a ser uno plenamente consciente de que sí es capaz de dar una respuesta a lo sucedido y nos abre la posibilidad de buscar el otro lado de la moneda, la oportunidad oculta en dicha situación. Debemos preguntarnos ¿qué puede haber de valor en lo que me está ocurriendo? Como alguien dijo una vez: «si miras al sol no podrás ver la oscuridad”. Decirle sí a la vida, tiene mucho que ver con dejar de adoptar el papel de víctimas, dedicando nuestro valioso tiempo a buscar culpables.»
Sanando nuestras emociones, sanamos nuestra vida
«Reacciones como la ira, el resentimiento, el deseo de venganza, la desesperanza, la ansiedad o la angustia, cuando se mantienen en el tiempo y dejan de ser emociones, para convertirse en estados de ánimo, tienen efectos muy adversos en nuestra salud, dañando nuestro sistema inmunitario entre otras muchas cosas.»
Meditar para escuchar la música del corazón
«Si cerramos los ojos y tratamos de mantenernos en el presente, no quedando envueltos en pensamientos o historias del pasado, o en ideas sobre lo que vamos a hacer o nos pueda ocurrir en el futuro. Un sistema eficaz para mantener la atención centrada en el aquí y el ahora, es fijarnos en los movimientos de la respiración, porque la respiración tiene lugar en el presente. Cuando nos demos cuenta de que ya no estamos prestando atención a nuestra respiración, sino que hemos quedado envueltos literalmente en un pensamiento o emoción, la clave es no enfadarse en absoluto ni sentirse culpable, sino con suavidad y a la vez con firmeza, llevar la atención de nuevo a la respiración. El silencio no es la ausencia de sonido sino de ruido. Sólo cuando paramos el torrente de pensamientos que nos bombardea, podemos escuchar esa voz que no surge de la cabeza, sino del corazón.»
«Si quiere reinventarse,
enfóquese en lo que quiere y no en lo que teme»