Ayer tomábamos un café con las divinas de Tamy y Maru , las chicas detrás del Picnic Emprendedor [Me verán por ahí el próximo 23 de julio compartiendo mis tips productivos] y hablábamos del talento y la importancia de abrazar la originalidad… porque, al parecer, no importa que tan fuerte sea el naufragio, la singularidad es la única tabla de la que aferrarse para llegar a la próxima orilla.
El mundo emprendedor está lleno de talentos, pero también de personas que no lo han descubierto aún. Muchos de estos últimos creen más en la singularidad ajena que en la propia y caen en el terrible error, no ya de copiar las ideas de otros, sino de resistirse a explorar las propias.
Hay una frase de Rumi que pone todo en perspectiva:
¡!Antes de que la muerte se lleve lo que se te ha dado,
da lo que tienes parar dar.
Entonces. En vez de invertir tu tiempo en recorrer los caminos ajenos, comienza a recorrer el propio. Descubrete. Cree en tí. Abraza aquello que te hace ser singular.
Para mi el talento es el ADN del alma, la prueba de que somos más que un conjunto de huesos y carne. Encontrar nuestro talento es descubrir quienes somos en realidad; explorarlo, es adentrarse a un mundo de posibilidades; entregarse a él es celebrar la vida y honrarla.
Denme un punto de apoyo y moveré el mundo
Arquimedes lo sabía. Tu lo intuyes.
Hay un punto desde el que se mueve todo. Un punto en el que se hunde el compas para trazar la circunferencia que crea tu mundo.
Así, casi tal cual, es lo que damos en llamar singularidad. Nace de un centro y se expande a medida que vamos siendo, se nutre de las experiencias, los saberes, los vínculos, los aprendizajes. Ese circulo es el espacio en el que te animas a ser y crece a medida que vas ejerciendo tus elecciones y tejes junto a otros nuevas geometrías con más texturas y colores. A eso se lo llama sinergia. Sirve para trascender la propia individualidad y construir nuevos universos.
Ese centro, ese punto de apoyo es tu punto de vista. Personal e intransferible. Un punto que no se apoya en las cosas, sino en la mirada.
Porque es a través de la mirada como nace la intención a la acción. Siempre es la mirada. La ventana por la cual nos acercamos al mundo y el espejo en el que nos vemos a nosotros mismos.
El ADN emprendedor no puede ser muy distinto de lo que somos. Tiene su centro en nuestro talento y en la capacidad de convertirlo en un Bien. Es decir, que cuando ese talento se convierte en servicio es cuando sabemos que, además de humanos, somos emprendedores.
Porque emprender no tiene que ver con trabajar sin jefes, hacer lo que nos gusta.. sino con esa urgencia de ofrecerle al mundo nuestra singularidad.
Darnos. Arriesgarnos. Ser quienes vinimos a ser.
Dicen que los ojos son la ventana del alma, será por eso que la mirada es el origen de todo lo que somos y de todo lo que podemos ser.
Vivimos en un mismo planeta. Vemos las mismas cosas. Pero nuestra mirada es singular.
“Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo.”
William Wordsworth
“Dibujo de tu voz en la orilla del sueño,
arrecifes de almohada con ese olor a costa próxima
cuando los animales echados en la cala, las criaturas de sentina
huelen la hierba y por los puentes trepa un temblor de piel y de gozosa furia. “
Julio Cortazar
“Obra sin ley, como los copos de nieve, sus palabras son simples
como la hierba, el pelo despeinado, risas e ingenuidad.
Lento el andar, comunes las facciones, emanando sencillez y modestia,
Brotan de un modo nuevo desde las puntas de los dedos,
Flotan en el aire con el olor de su cuerpo o de su aliento, salen de
la mirada de sus ojos.”
Walt Whitman
“Yo paseo.
En la selva, mis plantas
Pisan la hierba fresca
Que salpica rocío.
Las estrellas me hablan,
Y te beso los dedos,
Finos de luna blanca.”
Alfonsina Storni
No son las palabras las que hacen al poeta, sino la intención con la que se conjugan… el valor que les da, la manera de entretejerlas y crear maravilla con ellas. No son entonces las palabras, sino la mirada la que hace al poeta.
La hierba siempre es la misma, pero es distinta para cada quien. Porque no son las cosas las que nos definen, sino la visión que tenemos de ellas.
¿Cuál es tu punto de apoyo? ¿Qué es lo que hace de tu mirada algo único? ¿Por qué creas lo que creas? ¿Para qué emprendes?
Hola! ¿Te presentas de nuevo? ¿Te abrazas? Fuerte. Muy fuerte. Como si quisieras acunar todo lo que eres y lo que puedes llegar a ser si abres los ojos. ¿Te abrazas? Descubrirás que en ese abrazo, allí, escondida.. te abrazo yo.