En este mundo de virtualidades y monitores, los encuentros presenciales son siempre anhelados.
Uno atesora la calidez de las risas, el entusiasmo, el sonido de las lapiceras corriendo por los cuadernos para que no se les pierda nada, el olorcito a mate recién cebado y las migas que caen sobre la hoja llena de ideas, las miradas que se cruzan y se abrazan. La amistad que se trenza en un instante.
Es que cuando uno es tal cual es en todas partes, el primer encuentro se convierte en reencuentro. El Ser digital es una extensión del Ser Real y esa «primera vez» es en realidad una continuación de miles de veces, de mails que vienen y van, de risas con simbolitos en los chat.
Si uno sabe encontrarse, el mundo se vuelve pequeño. Si uno sabe encontrarse, las distancias se desvanecen.
Me quedan…
El encuentro, los regalos, la ronda de mate, las lanas de vienen y van, el cafecito con chocolate, la visita «inesperada», los bocetos inéditos, los mensajes emotivos, las elecciones que enriquecen, el valor de las palabras y las entonaciones, la alegría y las ideas… el que se le anima al cambio.
Hoy estoy llena de esa energía del encuentro que queda grabada en la memoria y en el corazón. Hoy estoy llena de gracias!!!
Gracias por elegirme y confiar, gracias por dejar sus huellas en el mundo, gracias por ser tal cual son y por animarse.
A mis alumnos de «Cómo escribir un libro», los cómplices del encuentro, y a todos mis alumnos… porque es por ellos que creo y soy. Gracias!!!!!!!!
Alejandra
Que lindo!!! me imagino todo lo que describis y me llena de gusto y risas de emoción. Que lindo Cin, queremos reencuentro!!! jejeje
Besote gigante!! :o)