True Bling! story: blogueando conocí a mi marido

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El amor, la maternidad, las amistades, el espíritu emprendedor, los sueños… todo me fue revelado blogueando. Mi marido, mi hija, mis amigos, mi inspiración y mi desvelo nacieron en, por o para un blog.

¿Querés que te cuente?

1. Blogueando me encontré con mi propósito

Corría el año 1999, era casi verano y a raíz de un sitio de historia (en ese entonces los blogs no habían llegado a la Argentina) conocí a un amigo que me animó a tener mi propio espacio. Otro amigo que conocía los rudimentos del html me regaló muchos días de clases personales y así nació TuRemanso, un 20 de febrero de 2000 luego de pasar todaaaa la noche subiendo los archivos por ftp, por suerte no estaba sola: 3 amigos me hicieron compañía a través del Msn o del ICQ (no me acuerdo).

A partir de ese momento escribir regularmente, subir material de interés fue mi mayor ocupación. Fines de semana tipeando y pensando, investigando sobre Dreamweaver (en ese entonces la gran novedad!) actualizando el sitio a  mano (archivo por archivo, sí!!!!!!! archivo por archivo). [el sitio original lo encontrás en este link, piedaddd fue hace mucho tiempo]

Tratando de comprender el punto de unión de tantas temáticas que me enamoran (sí, soy techie renacentista… ahora «eso» tiene un nombre.) mi sitio fue creciendo hasta que en 2007 decidí que era tiempo de invertir tiempo en escribir y no en actualizar, elegí WordPress (luego un intento fallido en Blogger) y me volví a enamorar!

Escribiendo tuve la certeza de mi razón de ser en el mundo.

 

2. Blogueando me encontré con mi marido (oh el amor, el amooorr)

Yo tenía mi sitio, él tenía el suyo. Y así fue como nos conectamos, para intercambiar pareceres.

15 días después nos aventuramos a encontrarnos face to face [no en el face (FB) jajaja] para disfrutar del 1º festival de tango de la ciudad (hola Malandras!) y charlar… charlar por 10 horas seguidas y seguir charlando, soñando, construyendo.

Fue un amor inspirador, de esos que te hacen casarte a los 5 meses de conocerte (gracias, este año ya vamos por los 10!!!), es que cuando encontrás a alguien que admirás, que te complementa y te dignifica… ¿para qué esperar?

Encontrándome, lo encontré 🙂

Escribiendo conocí a mi marido.

 

3. Blogueando gesté a mi hija

El ser más importante del universo se gestó con un blog. ¿Te parece una locura? Vení que te cuento:

Metidos (marido y yo) en medio del proyecto de Edutuiter junto con Pablo Bongiovanni estabamos creando algo más grande de lo que imaginabamos… si bien el proyecto no prosperó como esperábamos. Marido y yo habíamos creado algo más increíble que un lugar para nuclear a docentes con twitter… habíamos creado el primer instante de nuestra propia familia.

9 meses después nació Aimé, como un sol que vino a iluminar nuestras vidas y ensanchar nuestros corazones de una manera que nunca, pero nunca creímos posible.

Sus risas, sus canciones, sus ocurrencias, sus miradas y sus abrazos…. oh sus abrazos me derriten. Y sus «te amo» porque sí, porque la arropé como siempre o le hice galletitas de avena o porque la miro como una madre siempre mira a sus hijos… con ese amor que sale desde el centro exacto del alma.

Escribiendo di a luz una vida [la luz de la mía].

4. Blogueando me encontré con mis ganas de nutrir

Siempre me gustó cocinar (y comer!!! jaja) en casa el olor a la comida casera fue es una constante. Pero cuando nació Aimé me dieron unas ganas irrefrenables de compartir ese amor por la cocina y así nació Vainilla&Canela.

Con el blog nació, además, algo que desconocía en mi: mi amor por la fotografía y un gran descubrimiento compartir imagenes es casi tan mágico como hornear alimentos.

Escribiendo volví-creo  una infancia de aromas y descubro un mundo nuevo.

5. Blogueando me reencontre con mi esencia más pura

Si bien está en linea desde 1998, gracias al visionario de my brother (quien también me hizo enamorarme de mi Mac), fue en 2008 cuando comencé a bloguear en Pleni. Idas y venidas de los hosting perdimos gran parte del material publicado, pero hay que dejar que la vida fluya, no atarse. Eso aprendí también blogueando gracias Plenitud!

Blogueando en Pleni me reecontré, comencé a escuchar con más atención a mi alma y me acepté como un ser de servicio. El servicio del despertar almas e inspirar personas.

Escribiendo me iluminé e ilumino a otros.

 

6. Blogueando me encontré con amigos

En estos 13 años de vida en linea tengo una experiencia increíble y miles de conocidos. Pero también atesoro amigos, sinergias, oportunidades. Cada día descubro nuevas personas que me inspiran y a quien inspirar. Cada día me hace cosquillas el alma de alegría, porque haciendo lo que amo encuentro a seres increíblemente talentosos y generosos. Hay tanto por admirar en este mundo!! Realmente estoy muy feliz por haberlos encontrado 🙂

Escribiendo se me ensanchó el corazón.

 

7. Blogueando me encontré con mi emprendimiento

Dando vueltas  y más vueltas es como finalmente me encontré reencontré con mi Yo emprendedor. Encontré mi nido (eso de nicho me suena feo che!) mi espacio para empollar ideas y verlas nacer. Fueron largos años de zona de confort y varios meses de ensayo-error, pero lo conseguí. Aún sigo aprendiendo, pero soy una firme convencida que se aprende mejor haciendo que especulando.

Escribiendo puedo vivir de lo que amo.

[Che, releyendo el post antes de publicarlo me doy cuenta que soy una enamoradiza crónica! jajaja]

Y vos… qué creaste, encontraste, sumaste blogueando?