En estos últimos 3 días creo que si dormí 9 horas (en total) es mucho. Hay momentos emprendoriles que toca estos sacrificios.
Ustedes saben de lo que hablo.
Y si bien una los cumple feliz de la vida, porque ama profundamente lo que hace, luego el cuerpo le cobra facturas. Esto me lo digo en voz alta, para recordar que cada acción que uno elige (proactiva o reactivamente) tiene sus consecuencias.
Lo cierto es que de madrugada o de trasnoche uno se concentra más y mejor. El silencio de la casa (en especial con niños pequeños o familias numerosas) y de la calle, el aroma de oportunidad, el mate o el tecito sin prisas. Si uno sabe encontrar las prioridades y no se deja atrapar por el fantasma de la procastinación siempre encuentra satisfacciones productivas a estas horas.
TIP anti procastinación
Qué vas a encontrar aquí
Si la dispersión te encuentra desprevenida y te ves de pronto teniendo conversaciones públicas o privadas con amigos españoles por Twitter (ejem! muy autorreferencial hoy) … nada más darte cuenta para silenciar el móvil, cerrar la pestañita del Hootsuite, cebarte un mate, respirar bieeeeen hondo, estirarte un poco y : a lo nuestro!
Funciona el 99% de las veces, te lo aseguro.
¿Por qué nos esforzamos?
Creo que no hay emprendedor que conozca que no haya hecho estos sacrificios al menos una vez en su vida emprendedoril. Que va, quien dice una dice 100! jaaajajaj
¿Y por qué lo hacemos?
Sí, porque amamos lo que hacemos es una, esa la decimos siempre y es verdad verdadera. Sin embargo uno puede amar lo que hace y no quedarse toda la noche haciéndolo.
¿Por qué más uno trasnocha o madruga?
A. Mala organización del tiempo
A veces los hacemos porque en el fondo nos organizamos mal. Perdemos muchas horas procastinando o no hemos invertido tiempo en crear procesos efectivos.
Vamos a suponer tareas manuales y repetitivas como, por ejemplo: etiquetar, meter en sobre y sellar 100 envíos. Si hago uno por uno (es decir: abro el sobre, meto el libro o lo que sea que voy a enviar, cierro el sobre, pego la etiqueta, lo dejo en la pila) voy a tardar el triple que si hago lo mismo pero en serie, es decir: abro y despliego la mayor cantidad de sobre posibles, los abro a todos; luego les meto el libro a todos, y etc. (las sillas con rueditas son de gran ayuda cuando tenemos mesas largas)… lo he hecho y las diferencias son abismales! Sobre todo en el grado de concentración y ritmo que uno logra. Sigue siendo un trabajo artesanal, solo que no dejamos la vida en él.
¿Por qué será que pensamos que si no nos cuesta no vale lo que decimos que vale? Rara vez uno piensa en tiempo invertido en producto o servicio (aunque debería, claro) y sin embargo allí está: dejándose la sangre solo para sentir que uno no está estafando a su potencial comprador.
Artesanal y esclavo son dos cosas distintas! Muuuuuy distintas.
Tu trabajo vale. Da igual que te lleve 20 horas o 3. Si te lleva 3 es porque seguramente invertiste muchísimas más horas aceitando procesos. Eso también tiene un valor.
Pasa muchas veces que nos dejamos estar, que creemos que tenemos tiempo de más… y cuando queremos acordar llega la fecha de la entrega, del lanzamiento y… «¡Oh, por Dios! No llegooooooo» Venga, a madrugar o trasnochar toda la semana.
Esas cosas pasan. Lo bueno sería que pasen poco y que nos organicemos mejor.
B. Reorganización voluntaria del tiempo
Hay otros momentos en los que toca sacrificarse para poder irnos de mini-vacaciones, tomarnos la mitad de la semana, ir al acto de nuestra hija, pasar un día de campo o de picnic.
Entonces uno se sienta, con los planners de Bling (OBVIO! jajajaja), la agenda y una linda y nutrida cartuchera, a decidir qué cosas debe dejar programadas, qué adelantar y cómo. Fija prioridades y secuencias, las deja registradas en el papel para liberar la mente… y voilá!
Allí uno madruga o trasnocha con un objetivo puntual y saludable. Sabe que luego se nutrirá de sol, ganas, alegrías, experiencias, compañía.
Este tipo de «sacrificios» nos hacen sentir bien, porque nos recuerdan que somos dueñas de nuestra vida, de nuestro negocio y que escribimos la historia a nuestro propio ritmo. Vamos, que por estos sacrificios elegimos cada día ser emprendedores.
C. Reorganización obligada del tiempo
Ohhh! Esta es una de los asuntos más candentes de este año, al menos para mí y creo que para muchas de ustedes.
Tener un timeming aceitadísimo, una organización impecable y zas! La realidad nos pasa por arriba como un tractor. Lo bueno es que luego viene el periodo de siembra y de germinación: aprendemos a que la mejor organización es la flexible y la que nos humaniza (por eso mi sistema sirve! Lo he puesto a prueba a full lo que va del año… y tengo algunas mejoras que conocerán el año que viene y que creo les va a ayudar como me ayudó a mi).
Cuando trabajamos en relación de dependencia todo es una mierda, pero todo parece más fácil. Si estás enferma, descansas sin culpas; si no vas a trabajar, el mundo no se pone en pausa… siempre habrá alguien que te cubra. Y, sobre todo: seguís cobrando tus dineros!
Cuando trabajás por cuenta propia, es muuuuy difícil darse permisos. Sobre todo si tenés un negocio exitoso que, obviamente, construiste a fuerza de muchísimo trabajo e hiperresponsabilidad. Cuesta aflojar y reconocer que somos humanos, que nos enfermamos o que tenemos una racha blue. Cuesta reconocer que los problemas o los cambios (mudanzas, enfermedades, accidentes, cortes de luz y un laaargoo etc) de nuestras familias o de quienes nos rodean (amigos, vecinos, colegas) nos impactan directamente, no ya en nuestra productividad sino en nuestra vida, toda.
No somos máquinas. No somos infalibles. No somos islas en medio del mar.
Obviamente la gente (alumnos, clientes, públicos, todos los demás) no tiene la culpa de esto. Pero vos tampoco!
Si hay fechas que se corren o compromisos que deben suspenderse. Que así sea. Habrá quienes te comprendan y quienes no. No pasa nada. No naciste para agradar a todos ni para que todos estén felices al 1000% con lo que sos y haces. No pasa nada. Hacete cargo de las consecuencias que vengan, pero no te martirices, no te deprimas, no te des con un palo. No pasa nada. No sos una máquina. No sos infalible. No sos perfecta. No pasa nada.
Aunque suene egocentrico, no lo es: ponete en primer lugar. Si vos estás bien todo estará bien… aunque eso no significa que le caigas bien a todos o que todos comprendan tus decisiones. Son las leyes del juego, aceptalas y dale para adelante.
Si necesitás tomarte un tiempo para reencontrarte, adelante.
Si necesitás tomarte un tiempo porque un problema familiar es muy pesado de llevar, adelante.
Si necesitás tomarte un tiempo porque te sentís sin energías y sin motivación, adelante.
Si necesitás tomarte un tiempo porque necesitas revisar y/o armar tus procesos, adelante.
Si necesitás tomarte un tiempo porque estás enferma, o débil o hay algo con tu cuerpo que no está bien y necesitás una revisión general, adelante.
Es para estos momentos que uno ahorra. Ya habrá oportunidad de recuperar. Lo que no se recupera es el cuerpo o la mente cuando se pierden. Y si para eso hay que ajustarse el cinturón o pedir un préstamo… pues adelante también.
D. El karma del emprendedor intelectual
Es más complicado cuando uno tiene que poner tiempo en actividades intelectuales. Hay momentos que, por más productivas que seamos, las cosas no salen como nos gustaría, la inspiración no llega, no le encontramos la vuelta a lo que queremos comunicar. A veces toca dejar en paz, hacer otra cosa, salir a caminar, tirar a mirar el techo o el cielo, leer.
El que nos ve de afuera piensa: «Pero esta mina ¿cuándo labura? Duerme siestas y prueba recetas de cupcakes sin tacc, sale de paseo, boludea en Instagram… ¿y? » ¡Y! Muchas veces haciendo todo eso es que vuelve la inspiración, se encuentra la vuelta, surgen las ideas. Los que no laburan con la cabeza, o, mejor dicho, los que no tienen la obligación de pensar para laburar quizás no entiendan los procesos de los que escribimos. Los cansancios físicos y mentales son distintos y se curan de diferente manera. No hay grados de sacrificios mejores o peores. Cada uno se sacrifica a su manera. Cada uno sabe lo que implica dejar lo mejor de sí y dar su mayor esfuerzo. Y también sabe lo que es que no te lo reconozcan… pero vamos, no debería importarnos mientras tengamos la consciencia tranquila.
Durante mucho tiempo pasé horas y horas sentada esperando que la idea llegara… y como dicen:
RT @ImagenesTwits: La pasión marca la diferencia http://t.co/53xFXR3IrT < Yeah! Aunque p/ las sentaderas las horas pasen como horas. JA!
— ? Vainilla & Canela (@VainillaCanela) May 21, 2015
Es en vano. No van a valer más tus ideas porque hayas pasado 50 horas mirando el monitor sin puñetera idea de lo que ibas a escribir o cómo hacerlo de la manera más clara y didáctica. No vas a forzar una idea que no quiere encarnar porque tenés un deadline del demonio que vos misma te fijaste y que, evidentemente, no vas a cumplir. Siempre hay formas de compensar a quienes puedan verse perjudicados por eso. El caso de Laura Ribas y su libro (que por cierto está muy bueno) es el claro ejemplo. Quien te sigue, te banca. Y a la larga siempre tiene sus beneficios. Porque de eso se trata emprender y de eso se trata confiar.
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¡Hay que darle descanso al gendarme interior! Y no dejar que los gendarmes exteriores (llamense: clientes, alumnos, circunstancias, competencia, o lo que jolines sea) nos marquen el ritmo. Una cosa es ser responsables y otra distinta ser marioneta.
Cada uno es dueño de sus elecciones, y tiene que atenerse a las consecuencias que eso pudiera generar. No somos islas, pero tampoco somos robots.
Jesi
Este post fue muy productivo para mi. Gracias!
Cin
Hola Jesi, gracias por pasar 🙂 me alegro que haya sido productivo! Abrazo.
María Robles
Hermosa Cin!! Como siempre tan auténtica y taaan oportuna…Qué bien le hiciste a mi viernes. Gracias!!!
Cin
Gracias hermosa!! Me alegro que te sirva. Beso!
Florencia Ferramondo
Muy buen artículo! me encanto
Cin
Hola Florencia! Muchas gracias 🙂 abrazo!!