Si recién comenzás a emprender esto te parecerá algo extrañísimo… pero va a llegar un momento en que vas a volver sobre este post con desesperación.
Pretender que un emprendimiento me lo de todo es como esperar que una persona me lo de todo. Exigir demasiado agota. Te agota a vos y agota al otro (en este caso tu emprendimiento, pero va igual para el otro «ser humano»).
No es lo mismo el amor que le tenés a tu viejo que el que le tenés a tu pareja, a un amigo o a tu hijo… son distintas clases de amor, pero siempre estás dentro del territorio del afecto. No se si se entiende el ejemplo… es tan medular este tema que creo que allí radica todo el conflicto en las relaciones. Naturalmente, si alguno de estos factores está ausente (por el motivo que sea) terminamos por depositar esas demandas en los que quedan. No lo hacemos de jodidas (bue, algunas si) sino que es algo inconsciente. Pero está mal. Hay que dejar que cada quien cumpla con su rol sin cargar pesos extras. ¿No te parece?
Ahora traslademos esta reflexión al mundo emprendedor.
Esperar que tu emprendimiento te de todo el placer de autosuperación, creatividad, alegría… whatever, es exigirle demasiado, es desgastarlo por demás. Es como ser la novia cargosa que le pregunta al tipo dónde está y qué está haciendo… 30 mil veces al día. No te rías (bueno, quizas no te estés riendo… entonces:a flojá nena! jajajaja) es medio bizarro el ejemplo, pero creo que sirve. Al emprendimiento hay que dejarlo que sea. Hacer las cosas bien, planificar las estrategias, mantenerse alerta, laburar a ritmo sostenido, armar los procesos con inteligencia y luego timonear cuando sea necesario. Un buen emprendimiento anda solo. Si no anda solo es porque algo estás haciendo mal, algo tenés que rectificar. Pero para que tu emprendimiento te siga enamorando hay que mantener la chispa.
La chispa no se mantiene a demanda limpia, ni esperando revelaciones cinematográficas. La chispa se mantiene depositando el deseo en otras cosas. Amando otras cosas. Sintiendo placer por otra cosas. Experimentando otras cosas. Otras cosas que no tienen nada que ver con el mundo emprendedor. No todo tiene que caer en el territorio del emprendimiento. No hay que obsesionarse.
Recuperar el deseo
No hay placer sin deseo.
El deseo es el motor que nos mueve, que mantiene en forma al placer.
Hace una semana una amiga me preguntó que me pasaba que estaba medio desaparecida… Y yo me quedé pensando: «¿Cómo que desaparecida?» y me di cuenta que sí, que si bien seguía con las rutinas emprendedoras, mi deseo se había agotado… ya no sentía el placer ni la adrenalina de los primeros 2 años. «Estoy aburrida!» me permití pensar. Y esa fue la llave que me permitió encontrar la salida. La aceptación es la clave.
Ojo, igual con esto no me volví la Andrea del Boca emprendedora eh!! jajajaja ¡¡Amo mi vida! La amo con locura, pero a veces la rutina te opaca la perspectiva. Así me di cuenta que pretendía vivir todo el placer creativo a través del emprendimiento. Y eso no está bien.
Me di cuenta que necesito sentirme viva. Viva para mi. Que quiero viajar, escribir poemas, sacar fotos, mirar atardeceres sin prisa sintiendo el perfume de su piel, amar con la profundidad de un volcán y la dulzura de un pétalo de magnolia… Escuchar música mirando el cielo… Bailar funk… Dejar que el pensamiento se regocije de los besos de otras mentes apetecibles… tatuarme el infinito de tus ojos. Cocinar sin tregua pero con pausa, dejarme caer en la tibieza de su abrazo…
Suspirar… [suspirar es como volar]
Y fue pensar y hacer. Y fue hacer y explotar de amor. Y fue explotar de amor y ser feliz.
Reencontrarme con mis pasiones me vivificó.
De pronto me enamoré de nuevo de mi emprendimiento, simplemente porque no le estaba exigiendo que fuera quien no era, no le estaba exigiendo que me lo diera todo.
¿Te animás?
¿ Te animás? Te invito a reencontrate con vos. con tus hobbies, con tus pasiones, con esas cosas que hacés porque amás, sin esperar una rentabilidad.
A veces nos pasa que lo que amamos está tan pegado al emprendimiento. Yo por ejemplo amo escribir, y mi emprendimiento tiene muchísimo de eso. Pero ahora volví a escribir poemas y cuentos [Pst, estoy escribiendo una historia en capítulos en mi Instagram, buscala en #historiadeunamorpluscuamperfecto] y el placer que experimento es completamente distinto.
Reencontrarte con vos, con toda vos, te va a ayudar a reencontrarte con tu emprendimiento.
Paula @ Cocina Central
Renovar el interés por lo que te gusta hacer es fundamental cada tanto. Que lindo post Cin!
Noelia
¡Cuanta razón tenés, Cin! Y lo mejor de todo es que buscando esa chispa que nos encendió tanto al principio encontramos otras cosas que también disfrutamos, si aprendemos a mirar a nuestro alrededor 🙂 Espero leerte prontito, ¡abrazos!