Con este post cierro el especial de octubre dedicado a reflexionar sobre los momentos tensos dentro del emprendimiento.
Ya abordamos temas como:
- Cómo hacerle frente a los problemas con la rentabilidad de tu negocio
- Cómo superar la falta de inspiración
- Cómo fijar prioridades y tomar deciones fuertes
Hoy le tocará el turno a las dos puntas dentro del mundo emprendedor: los que hace poco que empezaron («mis clientes apestan») y los que hace rato que emprenden («estoy aburrido»). ¿Listos? Vamos con tooodooo!!!
Mis clientes son insoportables!
Qué vas a encontrar aquí
Oh, cuántas veces he escuchado esto!! Desde que emprendo con Bling tengo el casi invicto placer de haber trabajado tan solo con 2 clientes densos (de esos que no les viene nada bien y que tienen el «no» más rápido que la billetera)… sí, solo 2! Eso me da mucha paz.
Realmente trabajar con o para gente que admira lo que haces no tiene precio. Se produce un ida y vuelta luminoso, una sensación de win-win (ganar-ganar) un entusiasmo que te ayuda a rendir al 100%. Emprendés con alegría (a pesar de los vaivenes propios de la vida), sentís que estás haciendo un aporte al mundo y que estás ayudando a crear algo maravilloso (lo que tu producto o servicio genera en tu cliente).
Con esto no quiero decir que no haya algunos momentos tensos, que dejen de aparecer las ojeras o que no tengas un nudo en el estómago cada vez que tenés que enfrentarte con la mirada del otro en relación a tu producto o servicio. No, claro que no.
Pero se emprende mejor.
La fortuna llama a la fortuna (y esto no lo digo sólo en términos económicos, aunque lo contemple) y tu negocio crece sano y fuerte.
En el castillito me entró una bruja
Ahora, qué pasa cuando esa sensación de satisfacción por el trabajo cumplido se ve interrumpida a menudo por brujas o brujos que te destrozan el castillo por dentro y por fuera? ¿Qué pasa cuando tu emprendimiento parece tener un cartel gigante que dice: «venga y critíqueme que me gusta», «Venga y complíqueme el pago que me divierte», «Llámeme sábados y domingos a las 10 de la noche que seguro estoy disponible para que me p… un rato». Ufff!!
Esto termina por agotar muy rápidamente tus ganas de emprender, genera un botón de pánico muy cercano a la superficie que está casi siempre al rojo vivo y socaba tu autoestima hasta dejarla sin cimientos.
Si estás pasando por este periodo oscuro ya es tiempo que te sacudas el papel de «pobre yo, que hice para merecer esto?» y eches a patadas a la bruja del castillo. Al fin de cuenta hay algo que estás haciendo… e indudablemente, estás haciendo mal.
Tranquila, yo también estuve allí… sintiendo que araba en el mar, que todos querían algo de mí y si era gratis mejor. Entonces dejé atrás la autoconmiseración, me puse en modo «crisálida» y renací en mariposa luego de un tiempo de reflexión interior y aprendizaje.
Te la hago corta: estás transmitiendo mal tu mensaje!
«Hola, vendo mates… me lleva mucho trabajo pintarlos, los pinto a la madrugada mientras mi abuela moribunda y mi hijo descansan. En realidad no tomo mate, soy más de tomar gaseosa. Como no soy una artista profesional lo cobro barato, si querés te lo cambio todo hasta que sea como el que querés, necesito la plata viste… foto? ah.. esperá que venga mi prima esta noche que tiene un celular bueno y le saca». 😛
Bueno, este es como un poco mucho no? jajajajajajjaja pero analizá si estás transmitiendo esa sensación de hacer cualquier cosa por un mango, esa falta absoluta de confianza en vos misma y/o tus problemas personales bien expuestos porque así generás… ¿empatía? Ehhh, no. Vos no querés la lastima ajena, vos querés convertirte en una verdadera emprendedora y para eso tenés que revolear esa actitud negativa y de «pobrecita yo» que solo atrae a clientes ventajeros.
Hace un tiempo fui a un local de ropa cerca de casa y la chica me comentaba que al mes siguiente tenían que cerrar. Lo que más me llamó la atención fue lo que dijo a continuación: «No ponemos liquidamos todo porque se llena de gente que te baraja mal, te regatea, quiere que le regales los muebles, los percheros, y encima con muy mala actitud. El dueño prefiere bajar los precios casi al costo pero que parezca que es por fin de temporada. Seguramente la última semana ponga algo, más que nada para las clientas.»
Recordás ese refrán «se hace leña del árbol caído», bueno: eso! Revisá tu mensaje: ¿Qué tipo de público estás atrayendo? Con esto no quiero que te pongas a venderle hielo a los esquimales, no exageremos. La clave es encontrar un mensaje que nos represente de manera luminosa, que atraiga a quienes podemos ayudar y quieren ser ayudados.
Espejito espejito… dime quién es mi público objetivo?
Yo recuerdo que cada vez que escuchaba o leía algo de esto, revoleaba los ojos. Así que me imagino que vos estás haciendo exactamente lo mismo!! ¿No? jajajajaja
Ya se que cuando comenzás a emprender te querés comer el mundo, crees que todos van a adorar lo que haces y van a hacer fila para comprarte. Ehhhhh, no!
Por más «hecho con amor», «handmade», «homemade» y cuantos made se te ocurra, por más horas invertidas, sahumerios prendidos o gatitos de la fortuna con bracitos en alto tengas… todo tiene un tiempo. Y tu ansiedad lo único acelera es tu estrés.
No es soplar y hacer botellas; porque por más que las botellas efectivamente se hagan soplando, necesitan de una serie de factores y una serie de conocimientos que le den la forma que se busca. Que algo parezca sencillo no quiere significar que realmente lo sea.
Ojo que no vale buscar a alguien que esté haciendo lo mismo que vos y «copiarle» (ahhh ahora le dicen inspirarse en sus mismísimas palabras jajajajaja ) el estilo. Que a él o a ella le haya funcionado no significa que te funcione a vos también… además, existe algo llamado Ley de Compensación (más conocido como Karma) que te ubica en la palmera tarde o temprano.
Te ahorro el misterio: tus clientes no son todos, ni siquiera son los que tienen una necesidad que vos podés satisfacer.
Tus clientes son aquellos que tienen una necesidad, están buscando una solución y están dispuestos a pagar por ello.
Me aburro!
Luego que tu emprendimiento va sobre ruedas hay un momento en que literalmente te aburrís. Te divierte un poco crear nuevos productos, pero tampoco podés estar creando productos todo el día. La rutina te come el coco, las obligaciones te asfixian, al final parece que cobrás para pagar y estás… ni siquiera desmotivado, no, eso ya pasó hace rato; estás completamente aburrido!!
Hay naturalezas que disfrutan de iniciar procesos, otras que son fanas del conservar y otras tantas prefieren reformar lo que ya está dado para generar algo distinto. En el mundo emprendedor vas a encontrar mucho del primer tipo, gente que se la pasa creando emprendimientos y cuando están andando lindo lo venden o lo ceden para comenzar otro.
Hay otros tipos de aburrimientos, aburrimientos que en realidad son broncas veladas. Aburrimientos que me hablan de que crecí demasiado rápido o me dejé llevar por las demandas exteriores y ya no siento placer de emprender. Si sentís que tenés que retroceder un par de casilleros, tomate el tiempo de evaluar costo-beneficio, en especial si hay personas involucradas -además de vos-. No es cuestión de decir: «bueno me pudrí, despacho a todos y me dedico a otra cosa» :-0 Son los gajes del crecimiento, y hay que aprender a aceptarlos también.
Hay un tercer tipo de aburrimiento, es el aburrimiento del que no encuentra desafíos y los extraña. En ese caso estaría bueno que inviertas tiempo y energías buscando un giro nuevo a tu emprendimiento o incluso que empieces a pensar en otro que sea complementario y que te entusiasme. Quizás la búsqueda de desafíos puede venir por otro lado: viajar más, descubrir nuevos o viejos hobbies, disfrutar más del tiempo libre. Quizás la búsqueda venga de comenzar a emprender en paralelo, que le llaman. Ir tranquilo, disfrutando cada paso sin querer abarcarlo todo todo el tiempo.
Espero que este especial les haya ayudado a pensar las cosas desde otro lugar, a ver también que no están solas y que no importa si están por empezar, si empezaron o están ya cancheras emprendiendo… en todos lados se cuecen habas (jajaja hoy estoy a full con los refranes).