Convengamos que es imposible estar 100% motivados el 100% del tiempo. La motivación permanente es un oximorón.
Lo único que permanece, lo único constante en nuestras vidas es el cambio. Cambio es sinónimo de movimiento, de evolución, de crisis, de crecimiento. Este es uno de los conceptos que profundizo en«Entrenamiento para la felicidad» y es maravilloso el crecimiento y descubrimiento que se produce en cada uno. Es como observar el instante exacto en que la flor se abre… increíble!!
Para algunos internalizar el cambio es aterrador. La ilusión de tener todo bajo control, organizado y sistematizado se hace añicos frente a la primera dificultad fuera de libreto, frente a la primera disociación entre deseo y realidad.
Se de lo que hablo, en mi otra vida era la mina más esquemática y perfeccionista del mundo!!
Pero crecí.
Me di cuenta que la vida es para ser vivida tal y como se me presenta.
Me di cuenta de la diferencia entre tener intensiones y tener planes irreductibles, es lo que me hace más o menos feliz.
Me di cuenta que hay cosas que dependen de mi, pero que el resto está fuera de mi (deseo, pensamiento, necesidad).
Me di cuenta que la tristeza (con o sin causa) es parte de los días, como lo es la risa y la alegría.
Me di cuenta que comprendiendo la simplicidad del cambio, podía ser más feliz.
Me di cuenta que «lo importante no es no caer, sino no permanecer caído».
Me di cuenta que soltando y confiando, el Universo se alineaba a mi favor.
Me di cuenta que la felicidad no es una meta, sino un camino que uno recorre cuando toma conciencia que forma parte de un todo.
¿Por qué nos bajoneamos?
Qué vas a encontrar aquí
Hay infinidad de motivos por los que nos sobreviene el bajón (la desmotivación): hormonas, experiencias traumáticas, malos tratos, desilusión, desencanto, golpe de realidad, nostalgia…
Pero si buscáramos un motivo más profundo lo encontraríamos en el apego.
El apego a la idea, al deseo, al esfuerzo, al imaginario (del otro, de la situación), a la emoción, al pasado, a la creación intelectual, a la idea de futuro, a los mandatos (propios o ajenos), a las formas prestablecidas, a «lo que se supone», a la creación personal.
¿Se habían puesto a pensar en cómo el apego nos limita, nos apaga, nos encierra?
El apego tiene mucho que ver con la falta de confianza en uno mismo, en el Universo y/o en los otros.
En eso los orientales son unos capos, ellos creen firmemente en la ley de compensación (Karma): cada acción trae aparejada una reacción.
Les parecerá una exageración, pero internalizar esto, confiar en esto, creer en esto, accionar teniendo en cuenta esto es un antes y un después en tu vida.
1. Orden en el caos
Es tan reconfortante (o atemorizante, depende el caso) saber que todo vuelve.
Que si engañamos, mentimos, robamos, maltratamos, menospreciamos; causando sufrimiento y dolor en otros. El sufrimiento y el dolor nos alcanzará de la forma menos esperada.
Que si damos, cuidamos, amamos, servimos, valoramos (pero sin especular eh!!! ) la vida nunca volverá a ser la misma y tendremos alegrías cuando menos lo esperemos.
Saber que si uno hace lo correcto, el Universo hará lo correcto con nosotros. Que muchas veces pasaremos por situaciones dolorosas, pero que lo bueno o «lo malo» siempre tiene una razón de ser y que de todo se aprende.
Confiar.
Confiar que si hoy estoy mal, mañana o pasado estaré bien.
Que todo pasa y nada queda… salvo la riqueza de la vivencia, salvo la sensación de sentirse amados por algo más trascendente que nosotros.
Amar.
Amar la humanidad del otro.
No juzgar, señalar cuando algo sea incorrecto.
No justificarse, aceptar los errores y aprender de ellos.
Amar la humanidad que hay en mi.
Porque solo aquel que se ama comprende que el Bien es el único camino en el que la felicidad te hace compañía.
2. Respirar!
Desinflarse es dejar de respirar. ¿Lo habías notado? Cuando uno está desmotivado respira cortito, casi lo justo para sobrevivir.
Es increíble el poder sanador y motivador que tiene la respiración.
El ejercicio que te sugiero es el siguiente:
Cerrá los ojos, respirá profundo llevando el aire hacia el abdomen (inflando la panza) y exhalando muy suavemente por boca, como si estuvieras soplando por una pajita.
Concentrate solo en el aire que ingresa y sale. Solo en eso, experimentá el milagro de la vida que ingresa en vos. Agradecé esa oportunidad.
7 veces cada 2 horas (si estamos frente a un caso de desmotivación extrema).
3. Resetearse!
Cuando nos enroscamos en pensamientos o emociones que no construyen lo único que generamos es más miseria alrededor. Hay que salirse de ese estado, hay que sacárselo de encima. Y la mejor forma de hacerlo es sacudirselo. Sí, literalmente.
Cuando nos sintamos atrapados por la rumiación mental o la constipación emocional lo mejor que podemos hacer es saltar, bailar, sacudir brazos y piernas, estirarnos. Los pensamientos obsesivos se quedan en el cuerpo como falta de flexibilidad y dolores posturales. Aplaudir es un buen ejercicio para mover la energía. Aplaudir, aplaudirse… perdonarse.
Nadie puede estar motivado 100% el 100% del tiempo, lo que sí podemos intentar es que el tiempo de bajón sea cada vez menor o de poca intensidad.
Maria Julia
Excelente Cintia, muy bueno tu post, la respiración es fundamental, nos parece que es algo básico pero no es solo aspirar y exhalar, enfocandose en ella podés lograr grandes cambios en tus pensamientos y así mejorar el ánimo y el cuerpo fisico también, pues todo está conectado. Gracias por hacermelo acordar! Saludos desde la otra orilla.
Cin
Hola María Julia!! Bienvenida 🙂
Muchas gracias, la respiración es la clave de todo… lo primero y lo último que hacemos en nuestra vida manifiesta.
Abrazo!
Alejandra
Ya lo estoy dejando en acceso directo, divino post!!
Cin
😀 qué buena idea. Gracias Ale!!!!!!!!!
Las Ramonas
Que bueno que te encontré!
=)
Gracias y besos!!